miércoles, 11 de noviembre de 2009

Preguntas, preguntas

Reunión de sentimientos

Este era un científico que vivía en una ciudad muy pequeña, en la que había mucho dinero, casas enormes, con autos elegantes, flores de colores y muchos niños jugando, pero todos andaban a "Cara Larga". Primero pensaron que era porque no podían dormir y decidieron empezar a acostarse más temprano, pero seguían igual; después pensaron que era porque las casas tan grandes tapaban el sol, entonces las achicaron, pero nada cambiaba, cambiaron las flores de lugar, de colores, compraron los últimos modelos de autos y sus caras eran las mismas.
El científico se sentó a pensar, entonces reunió a toda la gente, les preguntó que creían que era necesario para cambiar sus caras, uno dijo que el amor, otro la paz, la tranquilidad, la alegría, la pasión, en fin la felicidad. Entre todos decidieron hacer una píldora: la píldora de la felicidad, pero para esto era necesario saber dónde estaba el amor, la tranquilidad, la alegría y la pasión. Fueron a una iglesia en la madrugada a buscar lo que necesitaban, Dios los abrazó y les guardo en el bolsillo de cada uno un poquito de amor; luego crearon una escalera inmensa y de lo más alto del cielo tomaron una hermosa paloma blanca porque dicen que son las mejores, después escucharon el canto de muchos pajaritosy la tranquilidad se adueñó de ellos; para encontrar la alegría jugaron todos como niños y en sus caras se dibujaron sonrisas, querían pasión entonces fueron a la cancha con banderas azules y amarillas y conocieron ese amor profundo por el que podían hacer cualquier locura; entonces volvieron a reunirse y decidieron guardar todo en una caja grande que abrían cada vez que se sentían mal y la tristeza los invadía, desde entonces el sol se ve resplandeciente cada mañana, todas las noches son de luna llena y las estrellas brillan como nunca.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Pájaros

Talar los árboles era un delito, ellos siendo políticos tan destacados no podían hacerlo. Pagaron una miseria, pero el viernes ya llegaba y era fin de mes.
Les iban a avisar cuando fuera el momento de tirarlo y como era primavera las ramas se poblaron de pájaros, sonó un disparo y el árbol cayo pesadamente.

Amenazas

El sol brillaba mas que nunca, algo extraño había y ella tan curiosa como siempre quería averiguar que era.
La pantera comenzó a enlazar sogas y las ato a una nube, cuando iba subiendo se dio cuenta que ese brillo se hacia más intenso por los rayos del sol. Pensando que era algo extraño comenzó a desafiarla:
-Baja de ahí- Le dijo.
-No sin antes, cortarte la soga- Respondió la espada.
-Te devorare- Dijo la pantera.-Peor para ti- Contesto la espada.

martes, 3 de noviembre de 2009

Escritura autobiografica (Segunda parte)

Era un día soleado, llegaron los primos de Rufino a casa de la abuela, teníamos todos entre 5 y 11 años, ni bien nos saludamos empezamos a planear para jugar a algo, pensamos en luchita en la cama, guerra de almohadas, escondidas, mancha, pero nos decidimos por hacer un parque de diversiones a pesar del tremendo calor que hacia.
Buscamos palas, rastrillo, un tambor, pintura, goma espuma y alambre.
Fuimos al baldío, atrás del patio y empezamos a cavar, hicimos un camino de cinco metros de largo y diez centímetros de profundidad aproximadamente, pintamos el tambor de chapa y empezamos a jugar a que uno se metía adentro acostado y los demás empujaban. Cuando vieron lo que estábamos haciendo mis tíos y abuelos nos retaron porque nos podíamos lastimar, ya que el tambor estaba oxidado pero al final nos terminaron ayudando, pusimos la goma espuma adentro del tambor cubriéndolo todo y con alambre le hicimos dos manijas para agarrarnos.

Escritura autobiografica (Primera parte)

Recuerdo que con mis primos, de Rufino, quisimos hacer un parque de diversiones en el PATIO de la casa de mi abuela.Cavamos cinco metros de largo y diez centímetros de profundidad, pintamos un tambor de chapa, le pusimos goma espuma adentro para no hacernos mal, dos manijas hechas con alambre y uno se metía adentro, y los demás empujaban haciéndolo rodar por donde habíamos hecho el camino.